Podría ser más grande
2024
Me humillo a mí misma, me paro frente al público,
comparo cosas que dejé en acertijos.
Me doy cuenta de que conocer gente
a veces
es más importante que tener talento.
Y a mí que no me importa, si las tres mismas personas me aplauden.
Aquella mujer con ese enorme talento,
que se paró miles de veces a leer poemas que no eran suyos,
no sabía que podía comerse al mundo con un solo verso.
Ella me enseñó que, ¿qué importa ganar,
si al final o se lo come el fuego,
o se lo come la tierra?
O tal vez, de pronto, se lo come el polvo,
y con suerte, termina sustituyendo la pata de una cama.
Que todas las palabras se leen rápido,
algunas se quedan estancadas en mis venas,
me drenan, explotan,
me desangran por dentro.